La Palabra de Dios dice esto acerca de las necesidades
emocionales de todos los seres humanos: «Lo que es deseable
en un hombre es su bondad» (Proverbios 19:22). Este
versículo condensa lo que anhelamos más que nada. Un amor
abundante. Un amor centrado. Un amor radical. Un amor con el que
podamos contar. El conductor de taxi, el plomero, el corredor de
bolsa, la modelo de pasarela, la prostituta, el «burro» de droga, el
maestro de escuela, el programador de computadoras, y el
presidente, todos anhelan lo mismo — un amor a toda prueba.
Proverbios 20:6 dice, «Muchos hombres proclaman su propia
lealtad, pero un hombre digno de confianza, ¿quién lo hallará?»
Pablo describió el amor ágape como un amor sobrenatural que sólo
Dios posee de manera total y que sólo Dios puede dar. Es la
palabra en el Nuevo Testamento para el amor de Dios así como
chesed es la palabra en el Antiguo Testamento para el amor de
Dios. La única manera en que podemos amar con ágape es
haciendo salir todo lo demás de nuestros corazones y pidiéndole
a Dios que los convierta en jarros de Su ágape. Antes de
poder comenzar a dar el amor de Dios, tenemos que aceptarlo.
Dios te ama con un amor perfecto, y «En el amor no hay temor,
sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor
involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor»
(1 Juan 4:18).
¿Alguna vez has temido que alguien dejara de amarte? No
sólo lo he temido, ¡lo he experimentado! Con mucho cuidado y
en Su gracia, Dios ha permitido que algunos de mis temores se
vuelvan realidad para que pudiera descubrir que no me
desintegraría. Dios me enseñó a sobrevivir en base a Su amor a
toda prueba. No fue divertido, pero sí transformador.
Lo único con lo cual absolutamente no podría sobrevivir es
la pérdida del amor de Dios, y ésa es una pérdida que jamás
tendré que soportar. «Para siempre es su misericordia.» (Ver Salmos
136.) Eso es lo que quiso decir con que el «perfecto amor» echa
fuera el temor. La Palabra de Dios usa la frase «misericordia»
numerosas veces, y ni una vez se la atribuye a los humanos. Cada
uno de los usos de la frase se refiere Dios y sólo a Dios.
Aunque el amor que los demás den pueda ser abundante
– sólo el amor de Dios es a toda prueba. —BM