¿Estás cumpliendo con tu trabajo? El apóstol Pablo dio esta
instrucción: «Predica la palabra» (2 Timoteo 4:2).
Generalmente guardamos la palabra predicar para los
predicadores, pero de hecho significa «proclamar públicamente,
anunciar,» y es la labor de todo seguidor de Jesús. Lo que tu pastor
hace semana tras semana es lo que todos debemos hacer cada día
del año.
Pablo dijo que pongamos la predicación al inicio de nuestra
lista. «¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?» (Romanos
10:14). «¡Ay de mí si no predico el evangelio!» (1 Corintios 9:16).
Pablo estaba andando en el camino. Estaba cumpliendo con
su trabajo en su generación. Esto le da todo el derecho para
desafiarnos a proclamar las buenas nuevas de Jesús a nuestros
vecinos, colegas, familiares, y amigos. Comienza por ponerte en tu
posición de «listo» (2 Timoteo 4:2). Así como tu entrenador de
básquetbol te enseñó — ponte sobre la punta de tus pies, con las
piernas flexionadas, con las manos extendidas, listo para ir en
cualquier dirección. Estate listo en tiempo y fuera de tiempo;
cuando ya sea un buen momento o no. ¡Entra en el partido!
Si no estás transmitiéndoles la Palabra a los demás, no estás
haciendo el trabajo que Dios te llama a hacer. La realización de
este trabajo te hará resistente en tu caminar cristiano. Después de
todo, ¿quién quiere estar en la NBA (la Asociación Nacional de
Básquetbol Norteamericano) si jamás puede entrar en la cancha?
¿Qué clase de chef no prepara una comida jamás? Ser un piloto se
vuelve algo realmente aburrido si jamás se llega a volar un avión.
¿Estás desinflado en tu fe? Cuéntale a alguien hoy acerca de
cuán precioso es Jesús para ti. ¿Con presiones? Proclama que Él es
Todo-suficiente. ¿Estancado en la rutina? Ponte de rodillas y ruega,
Sostenme, Señor. Apodérate de mi corazón con estas verdades
que me has encomendado y dame una oportunidad para
llevárselas a otra persona.
Te insto — transmite la Palabra. Haz tu trabajo hoy. Encenderá
en ti una pasión fresca por Jesús. —JM