Jesús dijo que el amor hacia los demás es lo que define a
cualquiera que Lo sigue. En algunas de Sus últimas palabras
a Sus discípulos, Jesús explicó en Juan 13:35, «En esto
conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los
unos a los otros.»

Su discípulo Pedro debió haber adoptado sin reservas ese
mensaje del Señor, porque más tarde explicó con mayor detalle,
«Puesto que en obediencia a la verdad habéis purificado vuestras
almas para un amor sincero de hermanos, amaos unos a otros
entrañablemente, de corazón puro» (1 Pedro 1:22).

¿De qué se requiere exactamente para amar de todo corazón?
En el idioma original, son dos palabras que al combinarlas
significan «estirarse.» Imagina en tu mente cómo sería abrazar a
tres personas al mismo tiempo. Amar de todo corazón significa
poner mucho esfuerzo en amar a alguien. Extiéndete . . . vé tras
él . . . estírate . . .
Amar a los demás es mucho m{as que simplemente ser
agradable. Cualquiera puede ser agradable. Jesús estableció una
medida mucho más elevada para Sus seguidores. «Si aman a las
personas que los aman – ¡gran cosa!», es lo que Mateo 5:46 dice
básicamente. Pero, ¿puedes amar a las personas a las que cuesta
amar? Mi pregunta no quiere decir, ¿puedes ser agradable con
ellas? Sino, como Jesús dijo, ¿puedes amarlas así como Él te ha
amado a ti?

El tipo de amor de Dios nunca falla. Tú dices, «Bueno, conozco
algunas personas a las que cuesta bastante amar.» ¡Grandioso! Pon
el amor de Dios a prueba. El amor nunca deja de conquistar un
corazón frío. El amor nunca deja de ganar lo que Dios desea que
se gane en tus relaciones.

Trae a tu mente a aquella persona en tu vida a la que más
te cuesta amar. Los momentos que pases con esa persona será la
mayor prueba de tu relación con Jesús.
Adelante. Estírate — ama de todo corazón.
Ama a los demás con un esfuerzo tenaz. En Jesús, ésa es tu
tarea hoy. —JM