No toma mucho tiempo darse cuenta que el mundo
se ha vuelto loco.
¿Qué mantiene a tu fe firme? Al exhortarnos a perseverar,
el apóstol Pedro nos instó a preparar nuestro «entendimiento para
la acción; [seamos] sobrios en espíritu , [pongamos] [n]uestra
esperanza completamente en la gracia que se [n]os traerá en la
revelación de Jesucristo» (1 Pedro 1:13).
La energía de vivir la vida cristiana se encuentra en un lugar
— en nuestra elección centrada y consciente de poner nuestra
esperanza en Jesús. La esperanza es la expectativa confiada de que
algo mejor viene mañana. Al mirar al futuro:
No pongas tu esperanza en tu salud física — pon tu esperanza
en Jesús. «Aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin
embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día»
(2 Corintios 4:16).
No pongas tu esperanza en tus cosas — pon tu esperanza en
Jesús. «Porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no
consiste en sus bienes» (Lucas 12:15).
No pongas tu esperanza en las personas — pon tu esperanza
en Jesús. «No confiéis en . . . hombre en quien no hay salvación.
Bienaventurado aquel cuya . . . esperanza está en el SEÑOR»
(Salmos 146:3-5).
Ningún líder, pastor, familia, o cónyuge pueden ser todo lo
que esperamos y soñamos que serán. Las personas, los lugares, las
posiciones siempre nos defraudan. Sólo Jesús es digno de todas
nuestras esperanzas y de toda nuestra confianza. Tal vez te
encuentres un poquito deprimido hoy. Al igual que Pedro de pie
sobre el agua, el momento en que quitas los ojos del Señor
comienzas a hundirte (Mateo 14:22-33). Levanta los ojos, pon toda
tu esperanza en Jesús.
Nuestra esperanza confiada está en Dios, quien ve, sabe, y al
final, cuando aparezca nuestro Señor, pondrá sobre sus pies a un
mundo que está de cabeza. Cada decisión recta será
recompensada. Cada elección equivocada será juzgada. Todo
motivo se revelará.
¿Necesitas energía para mantener tu fe firme? ¿Necesitas
volver a centrarte en la solución verdadera? ¿Necesitas esperanza
que persevere?
Pon toda tu esperanza en Jesús. —JM