El 16 de Julio de 1999, el avión de John F. Kennedy Jr., cayó
en espiral al mar, matándolo a él, a su esposa, y a la hermana
de ésta. Los investigadores federales concluyeron que
Kennedy malinterpretó el Indicador de Visualización de Altitud
(IVA), el cual muestra la posición del avión en relación con el
horizonte. Hasta tres segundos antes de caer directo en las oscuras
aguas, él pensaba que todo estaba yendo muy bien.
1 Pedro 1:17 nos dice que el «IVA» del cristiano es vivir una
vida santa alineada con un temor de Dios. «Y si invocáis como
Padre a aquel que imparcialmente juzga . . . conducíos en temor.»
¿Temor? ¿No significa eso respeto a Dios? Si haces lo que es
correcto, lo es. Si haces lo que está mal, significa el tipo que da
miedo de temor que deja la boca seca, que hace sudar las palmas
de las manos, y que nos hace tener esa sensación de qué-va-apasar-
ahora.
He aquí una definición: El temor es la actitud del corazón que
busca una relación correcta con la fuente del temor. El temor dice,
«Estoy realmente tentado a pecar en este momento, pero no lo voy
a hacer, porque me preocupa la manera en que afectará mi
relación con Dios.»
Pero si peco, ¿acaso Él simplemente no me va a perdonar? Sí, pero a
medida que maduras en Jesús, entiendes que no juegas con él.
Triste decirlo, pero las personas a menudo hacen lo que quieren
sin importarles la norma de Dios para sus acciones. Ese
comportamiento poco serio hace que me aterrorice por ellos. No
entiende que «¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!»
(Hebreos 10:31).
Algunos dicen, «Estaré bien. De alguna manera saldré de esto.»
Bueno, no esta vez. La santidad es la norma de Dios y Él no tiene
hijos favoritos. Él no dice, «Aligeremos las consecuencias sobre
ella, pero no sobre él.» Puede que las personas sean así, pero Dios
juzga de manera imparcial (1 Pedro 1:17).
Sí, Dios nos ama, y sí, Él está lleno de gracia. Elegimos
caminar en santidad porque lo amamos y porque tenemos temor de Él.
Conducirte con temor significa que cuando vuelas de la manera
correcta, eres bendecido. Ignora los instrumentos y de hecho
caerás. —JM