En un giro irónico, «Hamburglar» (el «Ladrón de Hamburguesas»)
fue robado de un establecimiento McDonald’s en Niles, Ohio, el
otoño pasado. Hamburglar — el personaje ficticio de esta cadena
de restaurantes de comida rápida que roba hamburguesas en los
comerciales de TV — aparecía en una estatua de 1.80 m de alto en el
restaurante concesionario de Niles.

Un hombre entró en el restaurante, tomó la estatua
enmascarada, y salió corriendo. Más tarde esa misma noche, la
policía pilló al ladrón . . . del ladrón. Pero el arresto no fue como te lo
imaginarías.

Respondiendo a una llamada de violencia familiar en un hogar
cercano, los oficiales de Niles hablaron con una mujer que dijo que
había sido golpeada a puñetazos por un amigo durante una
discusión. ¿Sobre qué estaban discutiendo? Sobre propiedad robada.

La policía encontró al Hamburglar que había sido robado, el cual
tenía un valor de $ 1,500 en el sótano y arrestó al amigo de la mujer
por dos cargos — robo y asalto. ¡Y así terminó un caso muy extraño
de robo de hamburguesas! Es probable que el ladrón en esta historia
esté pasando un buen tiempo en la cárcel. Sus acciones justifican
que se le ponga tras las rejas.

El apóstol Pablo entregó a dos hombres a un «guardián» muy
interesante para un castigo en un relato que se encuentra en 1
Timoteo. Escribió para alentar a su protegido Timoteo y para
advertirle acerca de estos tipos peligrosos.
Himeneo y Alejandro habían estado descarriando a las
personas con ciertas enseñanzas heréticas. Pablo dijo que ellos
habían «naufragaron en lo que toca a la fe» (1:19). También
mencionó al dúo en otra carta: En 2 Timoteo 2:17 hace referencia a
Himeneo por su falsa instrucción; y más adelante describe a
Alejandro como a alguien que [l]e hizo mucho daño [a Pablo] (4:14).

Así que, a qué «autoridad» entrega Pablo a estos alborotadores?
¡A Satanás! Su intención era hacer que ambos hombres se
arrepintieran y regresaran al verdadero evangelio de Jesús. Pero su
mensaje es un fuerte recordatorio para cada uno de nosotros.
Cuando deambulamos y nos alejamos de la verdadera Palabra de
Dios, nuestra comunión con Él se romperá y Satanás se convierte en
nuestro compañero cercano.

¡No es sabio ni siquiera echar un vistazo en esa dirección! —TF