Hay muchas escenas conmovedoras en la película La Pasión
de Cristo. Una que conmovió de manera especial fue
cuando María está observando a su Hijo llevar la cruz y
ella tiene una escena retrospectiva de cuando Él era un niñito. Ella
recordó cuando Jesús se cayó y se hizo daño y cómo ella corría a
Su lado para consolarlo. Jesús está sufriendo en medio de la
angustia de los azotes y de la muerte segura. Incapaz de aliviar Su
dolor, María sólo puede ofrecerle apoyo emocional. Luego Jesús le
dice, «He aquí, yo hago todas las cosas nuevas.»

Algunos han criticado a Mel Gibson por usar esta cita de
Apocalipsis 21:5 porque no se encuentra en ninguno de los
relatos de los evangelios acerca de la crucifixión de Jesús. Pero la
inserción de este pasaje pone de relieve una verdad espiritual.
Aquí, en medio de los terribles alaridos pidiendo la muerte de
Jesús, se encuentra el comienzo de la nueva vida. La escena es fea,
mala, y llena de maldad. Sin embargo, Jesús comprendió que al
llevar sobre sí los pecados del mundo, Su sangre expiaría a
cualquiera que creyera en Él. En última instancia, la naturaleza
misma sería redimida de la maldición del pecado (Romanos 8:19-
21). La cruz fue el misterioso instrumento de Dios para rescatar a
un planeta moribundo.

La declaración «Yo hago todo nuevo» se encuentra en la Biblia
en la encrucijada del tiempo y de la eternidad (Apocalipsis 21:5).
El relato en Apocalipsis ilustra a Jesús como que acaba de vencer
al diablo, echándolo al lago de fuego. El mundo, tal y como lo
conocemos, se disolverá en ese momento para abrir paso a una
nueva esfera de existencia para los creyentes en Él (1 Pedro 3:10);
Apocalipsis 20–21). En ese mundo nuevo, no habrá más lamento,
lágrimas, ni muerte.

¿Estás experimentando dolor hoy? Recuerda, es sólo
temporal. Si has confiado en Jesús como tu Salvador, Él ha
comenzado a hacer de ti una nueva persona por dentro (Romanos
8:18-30). Algún día esto significará un nuevo cuerpo glorificado
en un mundo nuevo. Anímate. ¡Jesús está haciéndolo todo nuevo!
—HDF