Aun hombre de 31 años lo acusaron de alteración del orden público luego de asustar con una bomba en un vuelo de la línea aérea Qantas a Perth, Australia. Mientras un auxiliar de vuelo estaba guardando el equipaje de mano del hombre en el portaequipajes, el hombre comentó que su bolsa contenía una bomba.

Luego que la auxiliar de vuela se lo dijera al capitán, el avión regresó de inmediato a la terminal y se les indicó a los pasajeros que desembarcaran. La policía vino y registró al hombre y su equipaje, pero no se encontró bomba alguna.

Vivimos en una época cuando el terrorismo es una preocupación real, y nunca sabemos qué peligros puedan acechar justo delante de nosotros. Como resultado de ello, mejor no debemos arriesgarnos.

Una lista en la Internet, como entendiendo nuestra crisis, declara que un actuario (la persona que calcula riesgos de seguro) es «alguien que mete una bomba falsa en un avión, porque eso disminuye las probabilidades de que haya otra bomba en el avión.» ¡Ja!

Así como los pasajeros en el vuelo de Qantasse sintieron amenazados por un «actuario», la iglesia en los días de Pablo se sentía «unsettled y alarmed» por los informes de los falsos profetas (2 Tesalonicenses 2:2). Sin embargo, el apóstol los desafió a no entrar en pánico o a dejarse engañar por lo que estaba sucediendo. Más bien, ellos habían de «estar firmes» en su fe y conservar la Palabra de Dios (v. 15).

Cuando leemos en las noticias acerca de amenazas terroristas, inestabilidad política, recesión económica, desastres naturales, y epidemias, puede que nos preguntemos si Jesús vendrá pronto. Según Apocalipsis 3:3, Jesús vendrá como un ladrón en la noche, y necesitamos hacer guardia porque no sabemos el momento de Su retorno.

No entremos en pánico por lo que puede que sean señales de los últimos tiempos ni nos dejemos convencer por falsas profecías. En vez de ello, podemos «estar firmes» en la Palabra de Dios. Ésa es la mejor manera de estar preparados para el día cuando Jesús regrese.  —JL