Recientemente me sometí a una evaluación de la personalidad — esas pruebas molestas de opción múltiple que resumen tu vida con unas cuantas palabras clave, y luego algunas veces llegan al punto de identificarte con alguna criatura del reino animal. Yo era un león-nutria. Para ser honesto, realmente no sé lo que todo eso significa.
Aún así, la prueba fue útil. Creo que en gran parte fue precisa. Es sólo que se omitía demasiado. Realmente no decía mucho Es sólo que se omitía demasiado. Realmente no decía muchoacerca de mi verdadero yo.
Cuando se trata de nuestros conceptos de amor, hay mucho que omitimos. Las asociaciones comunes con la palabra amor son relación, romance, sexo. No escuchamos asociaciones tales como el dolor y el lamento.
Hasta que leí los Salmos. Muchos de los salmos de David son el diario de un hombre que revela su amor por su Dios. Y a menudo, es despiadadamente honesto (10:1).
El lamento es la antigua práctica de reconocer el quebrantamiento del alma y luego armarse de valor para aceptarlo delante de Dios. El lamento es un acto de amor — reconociendo que para amar de verdad, se debe ser verdaderamente honesto. La negación es simplemente una manera de esconderse. El amor no se esconde, ni siquiera esconde esas partes de nosotros que son feas y que están enfermas, ni siquiera las palabras que son difíciles de decir — e incluso más difíciles de escuchar.
David sabía que si quería que su relación de amor con Dios fuera verdadera, tenía que ser honesto en cuanto a su ira con Dios, sus acusaciones, su confusión con los caminos desconcertantes de Dios.
Además de sus expresiones de gratitud y éxtasis, David sabía que un amor auténtico debe, a veces, lamentarse. Es una manera de honrar a Dios, tomarlo en serio. Es, como dice Eugene Peterson, una manera de «sacar el máximo provecho posible de nuestra pérdida sin empantanarnos en ella — es una manera primaria de mantenerse en la historia.» Recuerda, Dios está contando la historia.
. . . Él no ve mira amablemente nuestras supresiones editoriales.
El amor es romance y esperanza y pasión. También es lamento honesto. —WC