«No podemos confiar en la historia, porque todos los relatos históricos han sido escritos por los vencedores». Muchos profesores y eruditos seculares hacen esta afirmación Esto es lo que también cree Dan Brown, autor del libro que ha sido un éxito de ventas, El Código DaVinci. Él usa esta conclusión para sustentar su opinión de que no podemos confiar en los relatos bíblicos acerca de Jesús.
Se supone que la novela de Brown sea ficción histórica, pero él a promociona afirmando que está basada en «hechos» que han sido cubiertos por la iglesia: Jesús no resucitó milagrosamente; Jesús se casó con María Magdalena; algunas personas que viven hoy en día son descendientes genéticos de Jesús; el Nuevo Testamento es deliberadamente engañoso; la auténtica verdad acerca de Jesús se encuentra en los llamados Evangelios Perdidos.
Esta «historia» —según Dan Brown— es la auténtica verdad. Así que su novela no se basa en la historia establecida, la cual él cree que es falsa, sino en la «historia real» que él cree que Leonardo DaVinci conocía y que buscaba revelar por medio de símbolos escondidos en sus pinturas.
Muchos eruditos han estudiado las afirmaciones de Brown y han encontrado que son mera ficción. Pero miles de creyentes en la Biblia están cuestionando su fe debido a la obra de este hombre. Están comenzando a tener dudas acerca del Nuevo Testamento.
Eso es de hecho bueno. El autor George MacDonald pregunta, «¿Qué son las dudas sino los ladrillos que dan la fortaleza hacia las cumbres de una fe aún más elevada en Él quien siempre nos lleva a las alturas?»
He tenido dudas acerca de mi fe. Y aquellas dudas persistieron —hasta que me tomé el tiempo para enfrentarlas directamente, pensar en ellas con honestidad, buscar la verdad en serio y en oración, y luego confiar plenamente en Dios. Después de todo, si la historia bíblica no puede resistir el escrutinio honesto, no debemos creer en ella. Incluso el apóstol Pablo dijo, «y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es falsa; todavía estáis en vuestros pecados» (1 Corintios 15:17).
Creo que la integridad de los Evangelios es cuestionada fundamentalmente por aquéllos que eligen resistirse a Dios. Al final, la fe trata acerca de la entrega de la voluntad humana, no de la entrega de la razón humana. —DO