Me encantan los escritos de C. S. Lewis debido a su capacidad para expresar la verdad bíblica de maneras vívidas e imaginativas. En el libro El Príncipe Caspian, una de sus Crónicas de Narnia, una niña llamada Lucy ve al gran león Aslan, pero no puede convencer a su hermana y a sus dos hermanos de ello. En vez de ello, ellos van en la dirección opuesta y se frustran a cada paso.

Esa noche, Lucy ve a Aslan de nuevo y se da cuenta que lo que él quería era que ella lo siguiera sola, incluso si los demás no venían. Aun ahora Aslan la está llamando, diciendo, «Si regresas ahora a los demás, y los despiertas; y les dices que me has visto  de nuevo; y que todos deben levantarse de inmediato y seguirme —¿qué pasará? Sólo hay una manera de averiguarlo.»

Cuando Lucy pregunta si los demás también lo verán, Aslan responde, «Ciertamente no al principio. Más adelante, depende».
Aun cuando los demás no pueden ver a Aslan, van con Lucy mientras ella los guía a lo largo de un paso escarpado, siguiendo al león que sólo ella puede ver. Pero a medida que siguen su viaje, uno por uno, los demás comienzan a alcanzar a ver a Aslan hasta que ven al gran león con claridad y saben que él los está guiando.

Para mí, la historia ilustra lo que Jesús les dijo a Sus discípulos justo antes de ser crucificado: «Un poco más de  tiempo y el mundo no me verá más, pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis . . . El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él» (Juan 14:19,21).

En nuestro caminar de fe, la obediencia es la clave para ver a Jesús. Cuando hacemos lo que Él dice, tanto más clara se hará nuestra visión de Él. ¿Qué sucederá cuando sigamos al Señor? Sólo hay una manera de averiguarlo.  —DCM