Los aviones comerciales contienen dos registros de información de vuelo llamados «cajas negras». Una almacena datos del funcionamiento y las condiciones de la aeronave en vuelo, y la otra registra las conversaciones entre la tripulación y los controladores del tráfico aéreo en tierra. Estas cajas están recubiertas de un material que las protege de las temperaturas extremas y contienen un localizador subacuático con señales luminosas que emite sonidos hacia la superficie. Después de un accidente, se retiran estas cajas y se analizan cuidadosamente para determinar qué provocó la tragedia. Entre otras cosas, los expertos en seguridad aérea quieren aprender de los errores del pasado para que no se repitan.
Como creyentes, nosotros también debemos observar los errores que cometimos y aprender de ellos. Por ejemplo, Pablo se refirió a algunos de los yerros de los israelitas en su viaje de Egipto a Canaán. Señaló que muchos habían muerto en el desierto porque desagradaron a Dios (1 Corintios 10:5). El apóstol agregó que «estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos» (v. 11).
La Palabra inspirada de Dios se escribió para enseñarnos a vivir (2 Timoteo 3:16-17). Señor, gracias por la guía que nos brinda tu Palabra.