Están merodeando en su computadora. Diminutos programas que se cuelan en tu disco duro — escondidos dentro de muchas descargas gratis de la Red. Conocidos como adwarey spyware, actúan como agentes de espionaje electrónicos, informando acerca los hábitos que tienes en cuanto a las páginas que abres en la los hábitos que tienes en cuanto a las páginas que abres en la Internet, a personas que quieren llenarlos con anuncios publicitarios para sus productos o vender la información acerca ti a otras compañías. En algunos casos, spywarepuede registrar los golpes de teclado durante las transacciones en línea y robar números de tarjetas de crédito u otra información de carácter privado.
Un respetado autor experto en tecnología dice que ningún usuario de Internet está inmune. La manera de deshacerse de estos espías cibernéticos es activando un programa que explorará tu computadora, identificará los archivos indeseados, y te preguntará si quieres eliminarlos. Un solo clic hará el trabajo pero se requiere de elección y de acción. Afortunadamente, hay muchos programas antispyware gratis y de fácil disposición en línea.
Esta nueva amenaza tecnológica me recuerda de un peligro espiritual muy antiguo. Cada uno de nosotros posee un área de almacenamiento espiritual vulnerable de mente, emociones y voluntad. La Biblia la llama nuestro «corazón» — el centro de nuestro er. Cada día asimilamos sonidos, visiones, ideas, y sentimientos, algunos de los cuales deben ser identificados y eliminados antes deque causen daño espiritual. El salmista reconoció esta necesidad de hacer una exploración en el corazón cuando oró: «Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno» (Salmos 139:23-24).
Cuando levantamos esa oración, invitamos al Espíritu Santo a moverse a través de nuestra mente y nuestro corazón, como un programa anti-spyware, para mostrarnos lo que está mal. Cuando Él destaca algún pensamiento, actitud, o acción pecaminosos, podemos confesárselo al Señor y recibir Su perdón. Así como el adware y las actitudes se repiten periódicamente, también debe serlo nuestra necesidad del proceso que los identifica y los elimina. —DCM