¿Qué es lo que hace a un buen aprendiz?  John, uno de los concursantes en el programa de televisión de gran audiencia de Donald Trump, The Apprentice(El Aprendiz), dio esta respuesta: «Tengo un empuje y una competitividad que no creo que la gente vea en muchos de los demás candidatos».

Muy bien, . . . pero cuando se les preguntó a los empresarios qué es lo que hace a un buen aprendiz, ellos respondieron que querían a «alguien que quiera aprender». Y los potenciales aprendices a los que se les entrevistó para «empleos de verdad» sugirieron cualidades tales como tener paciencia, mantenerse ocupados, tomar la iniciativa, mostrar dedicación, tener buen desempeño, y diversas habilidades.

En la Biblia, Josué podría ser un buen ejemplo de aprendiz. Recordamos mayormente a Josué por su marcha alrededor del muro de Jericó hasta que cayó. Josué tuvo algunas responsabilidades bastante importantes como espía (Números 13:16) y como guerrero (Éxodo 17:10), pero todo a la sombra de otra persona: Moisés.

Como un suplente listo para reemplazar a alguien, Josué estuvo junto a Moisés por 40 años en el desierto. Josué fue el asistente de Moisés, su asesor, y su aprendiz (Éxodo 24:13).
Dios algunas veces toma mucho tiempo para preparar a Su pueblo para el servicio. Y algunas veces un período de espera es tan valioso como aprender todas las estrategias y metas necesarias. ¿Fue Josué un mejor líder porque pasó tantos años con Moisés? Definitivamente. Incluso cuando Moisés perdió los estribos (Números 20:7-12), allí estaba Josué observando — y aprendiendo. Durante sus años como asesor de Moisés, Josué observó la fe de Moisés en Dios, aprendiendo lo que significaba ser humilde (Números 12:3), aprendiendo cómo recibir instrucción de alguien en autoridad (Éxodo 17:10), aprendiendo cómo ser un verdadero siervo de Dios (Josué 1:1; 24:29). Al pasar tiempo con Moisés, Josué aprendió cosas que nunca se escribirían en un libro — simplemente se observaban y se absorbían.

Se acercaba el momento para que Josué mismo tomara las riendas. Y cuando llegó, pudo confiar en la promesa de Dios para él: «Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré» (Josué 1:5). Cuando su momento llegó — Josué estaba listo.  —CK