Cuando los recogedores de basura de Nueva York entran en huelga, es una mala noticia para los que viven en la localidad No toma mucho tiempo para que la situación se torne en crisis. Esa es la razón, según esta historia, por la que un ingenioso ciudadano encontró una manera diferente de deshacerse de su basura.

Cada día, antes de irse al trabajo, envolvía su basura en brillante papel de envolver o la colocaba en una linda bolsa de regalo. Luego estacionaba su vehículo en alguna calle de la ciudad, dejando el bello paquete en el asiento delantero de su automóvil . . . con la ventana abierta.

Su plan nunca fallaba. Siempre que regresaba al vehículo descubría que alguien había tenido la amabilidad de recoger su basura. ¿Inteligente, no?

La gente que se llevaba esos paquetes se sentía atraída por la brillante envoltura, por la cinta deslumbrante y por lo que creían que había dentro. Pero cuando rompían el papel, los saludaba un oloroso desastre.

¿No te recuerda eso la manera en que el pecado se disfraza? Algunas veces es hermoseado o se le llama por otro nombre. Pero sabemos lo que es en realidad. La tentación nos guiña el ojo con picardía y nos insta a tomar todo el placer que podamos. «Cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión» (Santiago 1:14).

Cuando joven, Moisés disfrutó de una vida maravillosa en la casa de Faraón. Pero escogió «antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres temporales del pecado» (Hebreos 11:25). Moisés tenía una perspectiva eterna para su vida.

La gente dice que si vives percibiendo un olor por una cantidad de tiempo suficiente, llega un momento en que ni siquiera lo notas más. Pero para Dios, el hedor es intolerable. Es por eso que nos da una salida del bote de la basura de la tentación que lleva al pecado. «No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla» (1 Corintios 10:13).
¿Tienes que tirar alguna basura?  —CK