La película de Mel Gibson La pasión de Cristocentró la atención sobre Jesús de Nazaret y atrajo a una audiencia internacional. Pero en el horizonte se ve un nuevo acontecimiento en los medios de comunicación, el cual es más que seguro que causará confusión a las personas en cuanto a él. La novela «histórica» El Código Da Vinci, que es un gran éxito de librería, pronto se convertirá en una película dirigida por Ron Howard. A todos nos gusta una buena historia, pero algunos lectores están considerando el libro como un hecho real.
Lamentablemente, el autor Dan Brown deforma la historia de una manera radical. El centro de la trama es la acusación de que los «libros perdidos de la Biblia» han sido suprimidos por la Iglesia. En su libro, declara que Jesús se casó con María Magdalena y que tuvo hijos con ella. Argumenta que el retrato que el Nuevo Testamento ofrece de Jesús es sólo un invento de la Iglesia para consolidar su poder y reprimir la «divinidad femenina».
Sabemos que se encontraron documentos antiguos en Nag Hammadi, Egipto, en 1945. Los libros secretos de Santiagoy elevangelio de Tomásson sólo unos cuantos de los títulos de esta colección. Aunque no se escribieron en tiempos de Cristo, sus afirmaciones han desencadenado especulaciones en cuanto a una alternativa al cristianismo tradicional. Estos libros niegan al Jesús bíblico y promueven la adoración a una diosa, la autodeidad y el conocimiento secreto.
Entonces, ¿por qué se excluyeron de la Biblia? Porque no estaban a la altura de los criterios usados para determinar las auténticas Escrituras: ¿Fueron escritos por algún apóstol? ¿Tenían estos libros la aceptación universal por parte de todas las iglesias? ¿Habló el Espíritu Santo a través de ellos? Estos evangelios gnósticos no pasaron la prueba, pero los libros del Nuevo Testamento sí.
En el Manual bíblico de Ungerleemos: «Para el año 200 d.C., el Nuevo Testamento contenía en esencia los mismos libros que tenemos hoy. Los cristianos de entonces los consideraban con la misma autoridad e finalidad con que nosotros los consideramos hoy.»
Cuando nuestros amigos lean El Código Da Vinciy cuando la versión cinematográfica se estrene en las salas de cine, tenemos que estar listos para responder a sus falsas afirmaciones con la verdad de la Palabra eterna de Dios (1 Pedro 3:15). —DF