Supón que le traes comestibles a algun amigo (que cocina mucho mejor que tú), para que te prepare una maravillosa comida de siete platos. Comienzas a soñar en lo grandiosa que será esta comida. Decides saltearte almuerzos para prepararte para este fabuloso tiempo de excelente comida. Finalmente llega el día de tu magnífica comida. Llegas a tiempo, abres la puerta, te quitas el abrigo y te vas derechito a la mesa.
Pero nada podría haberte preparado para lo que ves. Parece que tu amigo se ha comido la mayor parte de la comida y te ha dejado las sobras. Ya que exigir la devolución de los comestibles por parte de tu amiga, ¿cuál crees que sería tu reacción? Probablemente una gran decepción. Me pregunto si es así como Dios se siente cuando le ofrecemos las sobras y no las primicias de nuestros recursos.
Como Creador soberano, a Dios le pertenece todo. En respuesta a esto y como gesto de mayordomía, Moisés dijo a los israelitas que sus primogénitos, así como los primogénitos de todo animal y los primeros frutos de toda cosecha, pertenecían a Jehová. A esto simplemente se le llamaba «primicias».
as ofrendas de las primicias provenían de las «siete variedades» mencionadas en Deuteronomio 8:7-10. Debido a que el clima de Israel es impredecible y se caracteriza por contrastes (húmedo/seco, frío/caliente, ventoso/calmado), estas siete variedades tipifican los desafíos agrícolas únicos de la tierra de Israel.
Los regalos de Jehová simbolizaban el hecho de que los riesgos de vivir en la tierra de Israel no podían frustrar la mano proveedora de Dios. En efecto, la ofrenda de las primicias era una celebración del regalo de Dios de la cosecha.
Dios nos ha hecho mayordomos de sus recursos terrenales, y como hijos suyos estamos llamados a darle la mejor porción de nuestros ingresos, no las sobras. El propósito de dar generosa y alegremente es expresar la relación del nuevo pacto que tenemos en Jesús, glorificar y celebrar a Dios y edificar el reino de Dios.
Antes de gastar el dinero de Dios en nosotros, démosle a Jesús lo mejor que tenemos. —MW