El que inventó el balón de práctica para béisbol es un genio. Todos los niños saborean lo divertido de este deporte antes de la desilusión que provoca errar al golpear la pelota.
El juego consiste en colocar un balón de béisbol sobre un poste flexible a nivel de la cintura de un bateador de 5 o 6 años de edad. Los jugadores intentan batear la pelota, y cuando lo logran, salen corriendo. La noche que debuté como entrenador, el primer jugador hizo que el balón volara bien lejos. De pronto, todos los demás niños dejaron el lugar donde estaban y corrieron a buscar la pelota en vez de quedarse donde debían. Cuando uno la tomó, ¡no había quedado nadie en las bases a quien lanzársela! Todos los jugadores estaban amontonados… ¡gritando con un entusiasmo desenfrenado!
Los que acaban de aceptar a Cristo como Salvador tienen un gozo desenfrenado que deleita a quienes los rodean. Nosotros nos regocijamos con ellos, ¡y los ángeles en el cielo también (Lucas 15:7)! Los creyentes nuevos están enamorados de Dios y entusiasmados por conocerlo y aprender de su Palabra.
Aquellos que han sido creyentes durante mucho tiempo tal vez estén desanimados por las luchas de la vida cristiana y hayan olvidado el gozo de la nueva fe. Por eso, aprovecha la oportunidad de regocijarte con los que recién han puesto su fe en Cristo. Dios puede utilizarlos para instarte a renovar tu consagración al Señor.