Solía bromear con mis amigos íntimos acerca de que yo era una fugitiva de talla mundial. Si estaba haciendo planes para casarme, probablemente llevaría zapatillas de atletismo y huiría como un rayo del altar, tal y como lo hizo Julia Roberts en la película «La novia fugitiva».

Imagino que no era el compromiso lo que me resultaba difícil, sino más bien la opinión que tenía de mi capacidad. Cuando estaba en la universidad, el líder de nuestro ministerio en el campus quería que yo lo sucediera en el cargo. Rechacé la tarea porque pensaba que no era adecuada para esa responsabilidad, y también temía no poder reorganizarme para cumplir tanto con los estudios como con las exigencias del ministerio. Cuando participaba en el ministerio Overseas Christian Fellowship[Comunión cristiana en el extranjero] mientras buscaba obtener mi título en Australia, me invitaron a ayudar en el comité estudiantil. Otra vez, por temor, rechacé la invitación.

Al mirar atrás me doy cuenta de las muchas oportunidades que me perdí de servir al Señor porque no estaba viendo la tarea desde Su perspectiva.

En el pasaje bíblico de hoy leemos que Moisés enfureció al Señor con su negativa a asumir la tarea que Él le había asignado (Éxodo 4:14). El Señor tuvo que enviar a Aarón, el hermano de Moisés, para que lo ayudara porque Moisés creía que no e elocuente. (Me pregunto cómo es que Moisés fuera tardo en el habla, por cuanto había sido educado en la corte de Faraón; véase Hechos 7:22.)

Creo que Moisés era un «gato escaldado que del agua fría huye». Luego de su intento fallido de «salvar» a su pueblo de los egipcios, huyó para ser un pastor en el desierto de Madián (Éxodo 2:11-15). Luego, el Señor se le apareció en una zarza ardiente y lo volvió a llamar a la tarea. Moisés tuvo temor y perdió la confianza en su capacidad. No se dio cuenta de que Dios es quien habilita a quienes Él llama.

No flaqueemos por causa de nuestros temores, sino más bien dependamos de Dios, en quien podemos confiar. Él puede quitar nuestras tendencias a huir y darnos una calmada confianza para el viaje.  —JL