¿Estás buscando ánimo? ¿Necesitas un pequeño estímulo en medio de todas las malas noticias que se te cruzan? El salmista David puede elevar tu espíritu de una manera inesperada mediante algunas palabras que solemos considerar negativas.
Cuando leemos el Salmo 19, encontramos varias definiciones claras que Dios da de la «ley» o preceptos de vida, y que puede tener resultados positivos. Tal vez no parezca alentador, ya que algunos consideran que los estándares divinos son restrictivos y nos roban la felicidad.
Estas son algunas de las palabras con que el salmista define las normas de Dios: «ley del Señor» (v. 7), «testimonio» (v. 7), «mandamientos» (v. 8), «preceptos» (v. 8), «temor del Señor» (v. 9) y «juicios» (v. 9). Estos términos suenan inquietantes y hacen que muchas personas quieran evitarlos o rechazarlos.
Pero observa lo que pueden brindarle a un corazón lleno de fe y obediente: conversión del alma, sabiduría, alegría al corazón, pureza de vida, visión espiritual, perseverancia, verdad y justicia (vv. 7-9). ¡Qué estímulo extraordinario! Con razón David declaró sobre los mandamientos de Dios: «Deseables son más que el oro […]; y dulces más que miel» (v. 10).