Mientras escribo estas palabras, el servidor de correo electrónico de nuestra organización tiene problemas. Está bien por un rato, luego de nuevo se estropea. Y el ciclo se repite. Los piratas informáticos siguen haciendo lo que quieren: arruinar la Internet.
Aunque me crearía ciertos inconvenientes, creo que podría vivir sin la Internet. Mi mayor preocupación es lo que hay detrás del ataque, tanto deliberado como involuntario, en las comunicaciones globales por computadora: un desprecio generalizado por el orden que requiere la sociedad civilizada.
A la gente le ha sido difícil cumplir la regla de oro (hacer a los demás lo que quisiéramos que nos hagan a nosotros; Mateo 7:12) y el mandamiento más grande de todos (amar a Dios y al prójimo como a nosotros mismos; Marcos 12:29-31). Pero las culturas que han procurado hacer eso han sido las más exitosas. Tales sociedades han brindado circunstancias para la vida que al menos se aproximan al orden, la armonía y la paz que Dios quiere para la gente, criaturas hechas a su propia imagen. Cuanto más marcada esté una cultura por la cooperación, tanto mayor será el bien que a menudo podrá lograr.
El idioma castellano no tiene un término adecuado para describir el tipo de sociedad ordenada, pacífica y armoniosa que todos queremos experimentar. Sin embargo, la palabra hebrea shalomlo hace bastante bien. Shalomera el huerto del Edén… antes del pecado. Sí, sabemos que el verdadero shalomsólo vendrá con el retorno del Mesías. Pero Dios claramente ha establecido autoridad gubernamental con el propósito de poner orden en la vida social, y para que podamos dedicarnos a hacer el bien dentro de ella.
Inicialmente, puede que no parezca santo seguir las reglas que ayudan a mantener el orden social. Pero si hemos de tomar las palabras del apóstol Pablo en serio, no hay duda de que esto es realmente una responsabilidad para los seguidores de Jesús. Y da omo resultado la bendición de al menos un pequeño shalomde este lado del reino venidero de Dios. —DO