Desde que la trilogía El Señor de los anillosse lanzó a la pantalla grande, ha atraído a fanáticos en todo el mundo, y el tercer episodio, que también es el último, no fue la excepción. El retorno del reyatrajo a enormes multitudes que esperaron en largas filas para observar el nuevo estreno, previendo con entusiasmo una gran película. El espectáculo generó un dineral con su trama y argumento cautivadores. ¡Fue fenomenal!
Algo me ocurrió mientras pensaba en la película: ¿Estamos nosotros, los hijos del Rey de reyes, listos y esperando ansiosamente su retorno, así como los fanáticos contaban los días para el estreno de El retorno del rey? La Palabra de Dios dice en Mateo 24:42: «Velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene.» Jesús nos prometió que un día regresará para llevarse a todos sus hijos con Él al lugar que ha preparado. Pero no todos estamos preparados para su llegada según lo evidencia la manera en que vivimos aquí en la tierra.
Estemos listos para el retorno de nuestro Rey a medida que el día se acerca. Jesús les dijo a sus discípulos que Él llegará a una hora inesperada (v.44), y quiere encontrarnos sirviéndole fielmente y haciendo su voluntad aquí, no pecando contra Él. A pesar de que nadie en la tierra sabe cuándo volverá nuestro Salvador, debemos acordarnos constantemente de su inminente retorno, vivir rectamente delante de Él y hablar a los demás de su amor y verdad.
Suena como una enorme responsabilidad, ¿no es así? Pero eso es lo que estamos llamados a hacer como hijos suyos: vivir nuestra fe y proclamar su bondad a todos. En 1 Pedro 2:9 leemos: «Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.»
Cuando regrese nuestro Rey, habrá una gran recompensa y una gozosa celebración si declaramos sus alabanzas hoy. —David Chan, Singapur