Piensa en algunos de los peores encuentros intelectuales de todos los tiempos. Por ejemplo, digamos que ponemos a Albert Einstein en una habitación con Al Capone para debatir acerca de la teoría de la relatividad. O qué tal a George Washington Carver con Boy George para deliberar acerca de la ingeniería bioquímica.

Es tonto pensar en reunir a estas personas para que deliberen acerca de algo. Una de ellas es el máximo experto; la otra sabría muy poco o nada acerca del tema.

Pensemos en otro encuentro de este tipo. Dios y cualquiera de nosotros discutiendo con Él acerca de su plan para la humanidad. ¡Ahora sí que estamos hablando de desigualdad!

Pero escucha a las personas tratar de encontrar una explicación convincente para la sabiduría incomparable de Dios —su plan, su evangelio— todo. Escucha a las personas intentar explicar que tienen una mejor manera de vivir que la que Dios nos ha dado en sus propias palabras. Escucha a las personas tratar de explicar cuánto mejor es su manera que la manera de Dios. No tienes que prestar atención por mucho tiempo para oír todas estas cosas.

Luego escucha a un hombre que está en la cárcel. En una carta a un ministerio cristiano escribió: «He llegado al punto en mi vida cuando finalmente he aceptado el hecho de que Dios es real… el Creador de todo. Me he cansado de tratar de hacer las cosas a mi manera. Todo lo que intenté hacer y todo a lo que los jueces me sentenciaron (rehabilitaciones, programas, encarcelamiento) ¡nada funcionó! Cuando comencé a humillarme y a aceptar la Palabra de Dios me permití a mí mismo un camino totalmente nuevo.»

Cuán autodestructivo es vivir como si supiéramos más que Dios! ¡Cuán triste es que las personas rechacen su gran plan de salvación y esperanza para el futuro! ¡Cuán equivocado que a menudo no cumplan sus mandamientos y pautas para esta vida!

¿Sigues tratando de hacer las cosas en el estilo que se podría describir como «a mi manera»? ¿Ves lo tonto que es ese camino comparado con el camino claro de Dios hacia la esperanza y la ayuda? Deja de hacer razonamientos que ya están perdidos. Ponte de acuerdo con Dios y hazlo a su manera.  —JDB