El ataque por sorpresa es una de las tácticas de guerra más antiguas y eficaces. Una fuerza oculta permanece esperando y ataca sin avisar, creando temor y confusión al tiempo que causa la máxima cantidad de bajas en el enemigo que no sospechaba nada. Según un artículo del periódico The New York Times, las fuerzas militares modernas están gastando cientos de millones de dólares en aviones de vigilancia, sensores y la recopilación de inteligencia en un esfuerzo por evitar que sus tropas caigan en emboscadas.
¿Es posible que evitemos caer en alguna emboscada espiritual? ¿Existe alguna manera de ver la tentación o el desaliento que se aproximan y tomar medidas para protegernos? El libro de Proverbios es una guía práctica que podemos usar para prepararnos para los ataques sorpresa de la vida. Está escrito como el consejo de un padre sabio a un hijo que está haciéndose independiente. Pero se aplica a cualquiera que quiere enfrentar la vida en el poder de Dios. En todo el libro de Proverbios, Dios es quien tiene la clave para la victoria:
«Porque el SEÑOR da sabiduría, de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia. Él reserva la prosperidad para los rectos, es escudo para los que andan en integridad» (Proverbios 2:6-7).
El mes de agosto suele ser un período de transición cuando las personas vuelven a estudiar, se mudan y toman nuevos empleos. Es un gran momento para buscar la ayuda de Dios mientras nos preparamos para lo que está delante de nosotros. He aquí una sugerencia que podría marcar una diferencia. Lee Proverbios 9 hoy Luego, durante los próximos 30 días, sigue leyendo cada día el capítulo que corresponda a la fecha hasta que hayas leído todo el libro. Cuando te encuentres con algún pasaje que sea de desafío o de aliento, toma nota, copia el texto y reflexiona en ello.
El autor de Proverbios delibera acerca de las «sorpresas» más comunes del enemigo: orgullo, dinero, sexo, ira, palabras negligentes, temor. Nada se encuentra en zona prohibida.
El Espíritu Santo usa la Biblia como nuestro primer dispositivo de advertencia contra la tentación. Al aceptar las palabras de Dios y buscar su camino, «entender[emos] el temor del SEÑOR, y descubrir[emos] el conocimiento de Dios» (v.5).
Así es como detectamos emboscadas y protegemos nuestra vida. —DCM