En agosto de 2011, la NASA presentó una compleja imagen tomada por el telescopio Hubble que hizo sonreír a la gente. Muestra dos galaxias que empiezan a colisionar entre sí, y se observa algo parecido a un signo de exclamación de cierre celeste (!). La última estadística que leí dice que hay unas 100.000 millones de galaxias visibles en el universo. Cada una de ellas tiene cientos de miles de millones de estrellas, y siguen descubriéndose más.
Cuando vi la imagen del signo de exclamación en el canal CNN, me vino a la mente nuestro asombroso Creador. Los cielos declaran su gloria (Salmo 19:1), pero Él es aun más maravilloso que los cielos que ha creado. Cuando Salomón terminó de construir un templo para que morara allí la presencia del Señor, hizo esta oración: «Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?» (1 Reyes 8:27). Sabía que si los cielos no podían contener la presencia de Dios, sin duda, tampoco lo haría el templo que él había edificado.
El Señor es mucho más grande que lo que nuestra mente finita puede captar. Sin embargo, Él hizo posible que lo conociéramos a través de su Hijo Jesucristo, a quien envió a vivir en esta tierra, a morir por nosotros y a resucitar. Cuando creemos en Él, ¡nuestra vida se une a los cielos para proclamar su gloria!