La plataforma de petróleo Hibernia en el Atlántico Norte se encuentra a 315 kilómetros al este-sureste de St. John’s, en Terranova, Canadá. Como estructura fija se levanta firmemente sobre 80 metros de agua y está sujeta al fondo del océano. Dieciséis dientes de concreto rodean la Hibernia, protegiéndola de los grandes témpanos de hielo. Parece invulnerable, incluso a las condiciones del tiempo más duras.

Los corintios creían que la posición que tenían en Jesús y su correspondiente libertad les permitía pecar sin consecuencias. Pensaban que su fe los protegería en medio de las «condiciones» inmorales que habían elegido. Pablo les escribió acerca de al menos cinco tentaciones a las que los israelitas habían cedido. Hoy, estas mismas cosas amenazan a la vida abundante (1 Corintios 10).

Pablo comenzó con los deseos malignos de los israelitas por los placeres de Egipto, resumidos en su grito lastimero: «Danos carne para que comamos» (Números 11:4-34). Dios les dio lo que querían, pero mientras la carne todavía estaba entre sus dientes, Él los hirió con una plaga.

La segunda falla fue la idolatría, y pagaron por ella con su vida (Éxodo 32:1-6, 28-25).
La tercera falla fue la inmoralidad sexual. En el caso de los israelitas, la inmoralidad estaba relacionada con la idolatría (Números 25:1-2), lo que también caracterizaba a gran parte de la adoración pagana del primer siglo.
La cuarta falla fue tentar a Dios. Como resultado de ello, los israelitas fueron muertos por serpientes (Números 21:4-6).
La quinta falla, la cual Dios disciplinó con la muerte, fue quejarse y refunfuñar contra Moisés y Aarón, los líderes designados por Dios (Números 16:41-49).

Hazte estas preguntas: ¿Ansío los placeres de la vida vieja más que los placeres de Dios? ¿Estoy dando mi lealtad a alguna persona o cosa además de a Dios? ¿He transigido en mi pureza sexual? ¿Cuestiono los propósitos de Dios? ¿Me quejo y refunfuño constantemente?

Si creemos que la posición que tenemos en Jesús y nuestra correspondiente libertad nos permiten escapar del pecado, estamos totalmente equivocados.  —MW