Marilyn vos Savant escribe con regularidad para la sección dominical de la revista Parade. Se la ha identificado como un genio, y responde preguntas de sus lectores. Cuanto más difícil la pregunta, tanto mayor queda demostrada su brillantez. También recibe un montón de preguntas tontas e incontestables.

A lo largo del año, vos Savant guarda las preguntas tontas que en realidad no tienen respuesta y publica las «mejores». He aquí una muestra de lo que publicó en diciembre de 2003:
• ¿Por qué los gatos se lavan después de comer en vez de hacerlo antes?
•  ¿Cómo es que toda esa arena llegó al desierto?
•  Muchas tortas de a libra sólo pesan 12 onzas. ¿Entonces por qué se las llama tortas de a libra?
•  ¿Por qué el alfabeto está en el orden que está? ¿Es por la canción?
•  ¿Por qué la mayoría de las batallas de la Guerra Civil se libraron en parques nacionales?

Algunas veces, las personas le hacen preguntas incontestables a Dios y luego lo rechazan o se molestan con Él porque no reciben respuestas. Una de las preguntas que vos Savant recibió fue: «¿Por qué Dios hizo las cucarachas?» (Yo me he hecho la misma pregunta con respecto a los zancudos.) Algunas otras preguntas incontestables las hacen personas que tratan de hacer que Dios se vea mal: «¿Por qué Dios hizo el cielo azul?» «¿De dónde sacó Caín a su esposa?» «¿Por qué Dios permitió que yo reprobara ese examen?»

El rey Saúl le hizo a Dios una pregunta y Dios se negó a contestarla. Así que fue al lugar equivocado para encontrar la respuesta (1 Samuel 28), y recibió una que no esperaba. Le profetizaron su derrota y su muerte.

No dejes que las preguntas incontestables te distraigan, y no dejes que algún escéptico las use para poner en duda a Dios. La Biblia responde todas las preguntas que necesitamos saber acerca de Jesús, la salvación, el pecado, cómo vivir una vida cristiana, la Iglesia y el cielo.

Aprender las respuestas es suficiente para mantenernos ocupados toda una vida.  —DCE