El Torneo de Maestros es uno de los más prestigiosos del golf profesional. En 2009, Kenny Perry obtuvo el segundo puesto después de liderar la ronda final. Bill Pennignton escribió un artículo en el periódico The New York Times donde describe que Perry estaba «decepcionado, pero no desmoralizado» después de perder. «Ocasionalmente, miraré atrás y me preguntaré qué podría haber hecho distinto, pero no me voy a afligir —dijo Perry. —Si esto es lo peor que puede ocurrirme en la vida, no me puedo quejar. No voy a permitir que eso me acose. Hay tantas otras cosas en la vida que son más importantes […]. Esta noche me voy a casa con mi familia y vamos a divertirnos».
La capacidad de ver más allá de nuestras desilusiones es esencial para los seguidores de Cristo. Nuestro enfoque determina la manera de enfrentar las victorias y las derrotas de la vida. «Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra» (Colosenses 3:1-2). Esta forma de pensar mira a Cristo en vez de enfocarse en los logros, para hallar sentido y aprobación. Lo buscamos a Él, no el éxito.
Cuando procuramos la excelencia y nos esforzamos al máximo, perder duele, pero eso no debe dañarnos. La clave está en dónde ponemos la mente y el corazón.