Con el correr de los años, unas cuantas personas han pronosticado el momento específico del retorno de Cristo. El año pasado, un predicador radial en los Estados Unidos despertó el interés de los principales medios de comunicación al predecir que Jesús regresaría el 21 de mayo de 2011.
Todos los que conocen bien las Escrituras sabían que esas advertencias anticipadas no eran ciertas, porque el propio Jesús dijo que su retorno será «a la hora que no penséis» (Lucas 12:40). Pero debo admitir que esa predicción me llamó la atención. A menudo, estoy tan atrapado en los asuntos de la vida que vivo como si el regreso de Cristo fuese una realidad distante. Olvido que el Señor puede volver en cualquier momento. Esa predicción, aunque errónea, me hizo recordar la importancia de estar preparado para el retorno de mi Salvador, y renovó mi entusiasmo en cuanto a que podía ser cualquier día, incluso hoy.
A veces, cuando pensamos en estar preparados para el regreso de Cristo, reflexionamos en lo que no debemos hacer. Sin embargo, el estar listos se trata realmente de purificarnos y de volvernos más semejantes a Él, de modo que le agrademos cuando venga a buscarnos (1 Juan 3:2-3). Jesús enseñó que estar preparado para su regreso exige vivir ahora conforme a la voluntad de nuestro Señor (Lucas 12:47). ¿Estaremos listos cuando llegue la hora de la verdad?