¿Qué tiene un nombre que lo hace tan especial para nosotros? Empecé a pensar en esto después de hablar con una adolescente mientras conversábamos fuera de su iglesia en Black River, Jamaica, un domingo por la mañana. Ella preguntó: «¿Podría usted mencionar mi nombre en Nuestro Pan Diario?». Le pregunté si tenía alguna historia para contar, y dijo: «No, solo que mencione mi nombre».
Mientras pensaba en su pedido (y en su nombre), me preguntaba por qué sus padres la habían llamado «Joyeth» [Gozosa]. Ver la naturaleza alegre de su personalidad me hizo concluir que si el razonamiento de ellos había sido inducirla a tener «gozo» en su vida, había funcionado.
La mayoría de los padres tiene que decidir sobre este tema cuando está por llegar un nuevo bebé. Pero hubo uno que recibió su nombre de una manera sumamente diferente. No fue la elección de sus padres lo que determinó su apodo ni fue un apelativo que lo coaccionara a poseer un rasgo de la personalidad. Estoy hablando de Uno cuyo nombre fue dado por un ángel que les dijo a sus padres que llamaran «su nombre JESÚS» (Mateo 1:21). ¿Por qué? «Porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Con razón, el suyo es el nombre que está sobre todo otro nombre (Filipenses 2:9). Es un nombre que revela su propósito: salvar de la condena por nuestros pecados. Jesús es, en verdad, el nombre digno de mencionar.