Mientras buscaba una manera interesante de enseñarles a mis alumnos de lengua y escritura en la universidad a redactar un bosquejo biográfico, encontré esta idea: Escribir una biografía en siete palabras. Cuando a Ernest Hemingway, ganador del Premio Pulitzer, le pidieron que hiciera esto, escribió estas conmovedoras palabras: «Se vende: zapatos de bebé, sin uso». Imagina la triste historia detrás de esas siete palabras.
Mientras pensaba en este concepto, me pregunté si podría encontrar biografías en pocas palabras de personajes de la Biblia. Descubrí cosas asombrosas. A muchos de esos héroes, las Escrituras ya los habían descrito de ese modo. Por ejemplo, de David, Dios dijo: «un varón conforme a su corazón» (1 Samuel 13:14; Hechos 13:22). O la autodescripción de Pablo: «Pablo, apóstol de Jesucristo» (Efesios 1:1). O su descripción de Timoteo: «verdadero hijo en la fe» (1 Timoteo 1:2). También, considera estas palabras acerca de María: «una virgen […] dará a luz un hijo» (Mateo 1:23). Y sobre Jesús: «fue hecho carne, y habitó entre nosotros» (Juan 1:14).
Este ejercicio de descripciones precisas de personas de fe debería maravillarnos: ¿Qué cantidad reducida de palabras me describiría mejor? ¿Sería una descripción positiva o negativa? ¿Expresaría detalles de «una persona difícil de amar» o de «una luz que brilla para el Señor»? ¿Qué diría tu biografía?