Jimmy tenía un nudo en la garganta y su mente se estaba llenando de pensamientos ansiosos. ¿Qué debemos hacer? ¡Se va a morir!A sus pies yacía un compañero de caminata enfermo. El grupo juvenil de ambos se había adentrado en las profundidades de las montañas Smoky, lejos de toda asistencia médica.
Se acercaba una tormenta, la fiebre del joven había pasado de los 40 grados y parecía no haber manera de llevarlo cuesta abajo por la montaña. Todo el grupo oró para que Dios los ayudara. Pronto se armó una camilla provisional usando largos palos a manera de barras, y correas a manera de cuerdas.
Al comenzar a descender por la empinada montaña con la camilla, varias personas se turnaron para llevar a su amigo, uno de los miembros de mayor peso del grupo.
Entonces sucedió. «¡Jimmy! –llamó uno de los líderes adultos–. Te toca ayudar a cargar. Toma ese lado.»
Jimmy abrió bien los ojos. Era uno de los muchachos más pequeños en el viaje, y la idea de dejar caer a su amigo lo aterraba. Renuentemente asió la camilla y el grupo siguió adelante.
Jimmy resbaló, pero nunca se cayó. Nunca dejó de sostener la camilla y sus oraciones fueron contestadas. Los paramédicos recogieron a su amigo en las faldas de la montaña. En unos cuantos días fue dado de alta del hospital: débil, pero recuperándose.
En Jueces 6 leemos la historia de un hombre llamado Gedeón, a quien le temblaron hasta los zapatos cuando un ángel del Señor vino a llamarlo. Sin embargo, al igual que Jimmy, estuvo a la altura de la tarea. El valor de Gedeón se vio fortalecido por las palabras: «El SEÑOR está contigo, valiente guerrero» (Jueces 6:12). Aunque era joven y delgado, Dios lo llamó para que fuera su líder.
«El SEÑOR está contigo» es lo que significa Jehová, uno de los nombres de Dios. Esto les dio a los israelitas una esperanza renovada cuando Él reveló esta verdad a Moisés por primera vez en el monte Sinaí (Éxodo 3:12-14). Gedeón también encontró valor en su significado total, y nosotros también podemos hacerlo.
No temas cuando Dios te esté llamando, sea cual fuere ese llamamiento. Él sigue siendo Jehová y está contigo. –TF