Durante una visita que hice al Museo de los Relojeros en Londres, quedé impresionado al leer que muchos de los creadores de los magníficos relojes que se exhibían eran miembros de la Venerable Asociación de Relojeros. ¡Qué nombre tan grandioso! —pensé. Mi mente comenzó a volar con la idea de que tal vez John Harrison, quien inventó el cronómetro, y otros como él, habían reconocido a Dios como Amo de nuestro universo ordenado y habían sido inspirados por los cielos. Vinieron a mi mente las palabras de Matthew Bridges: «Coronado sea el Señor de los años, el Potentado del tiempo; Creador de las esferas rodantes, inefable mente sublime.»

Ya me estaba entusiasmando cuando noté otro documento que hacía referencia a la Venerable Asociación de Herreros, el cual no parecía tan inspirador. Un poquito de investigación reveló que entre los antiguos gremios o asociaciones distintivas de Londres se incluía a la Venerable Asociación de Panaderos, de Vendedores de Cuero, de Carpinteros, de Lavanderos y muchas otras. Simplemente era el nombre que todos le daban a estas asociaciones de artesanos, muchas de las cuales se remontaban a varios cientos de años atrás. Mi globo de inspiración se había desinflado.

Luego se me ocurrió que, como seguidor de Jesús, todo lo que hago, incluyendo mi trabajo, debe ser un acto de veneración a Dios. Pablo les escribió a los cristianos que eran esclavos: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien servís» (Colosenses 3:23-24).

Como esclavos, tenían muy poca elección en cuanto a lo que hacían, pero podían decidir cómo hacerlo. Y al igual que ellos, nosotros podemos optar por servir a Jesús hoy a través de cualquier tarea que sea nuestra.

Así que, por qué no encontrar una linda fuente en tu computadora y diseñar un letrero que diga: [tu nombre aquí] es miembro de la Venerable Asociación de [lo que sea que hagas] Estudiantes, Carpinteros, Diseñadores Trabajadores de Guarderías, cualquier cosa. Cada mañana, cuando veas ese letrero, da gracias a Dios por tu tarea y dile a Jesús que a realizarla para Él.  —DCM