Cuando asistí a una conferencia en Chicago sobre las artes de adoración, aprendí un término que era nuevo para mí: paquetes de alabanza.

Es un paquete de adoración diseñado para llevar a la congregación a una sesión de auténtica adoración y alabanza a Dios. La longitud varía, y las formas pueden oscilar desde lectura y escenificación de las Escrituras, hasta los coros de alabanza con un tema, solos, una banda de adoración, testimonios e incluso cortes en video. Pero el propósito siempre es el mismo: animar a las personas a participar con mente y corazón en la adoración a Dios.

Efesios 1 también puede verse como un paquete de alabanza, una emanación bíblica de alabanza. Nota que la palabra alabanza aparece tres veces en los versículos 1 al 12. El versículo 3 alaba a Dios por todas las bendiciones celestiales que nos ha dado. Los versículos 5 y 6 dicen que Dios «nos predestinó para adopción como hijos … para alabanza de la gloria de su gracia». El propósito de que nuestro ser sea incluido en la familia de Dios es alabar y glorificar la gracia de Dios.

El versículo 12 indica que los cristianos de los tiempos de Pablo eran llevados a la fe como himnos de alabanza a Dios con el propósito de darle gloria. Estuvieron entre los primeros creyentes en Jesucristo, los precursores de todo seguidor de Jesús.

Pablo concluyó Efesios 1 con uno de los «paquetes de alabanza» más magníficos jamás escritos. Lee los versículos 15 al 23 en voz alta. Nota la música de estas palabras. Siéntelas elevarse hasta alcanzar un punto culminante de alabanza al Padre celestial  Señor Jesús. El cuadro final es el de Jesús como cabeza de la Iglesia, la plenitud del Padre en quien está «la plenitud de aquel que lo llena todo en todo» (v. 23).

Lee Efesios 1 lentamente. Léelo en voz alta. Medita en él. Úsalo para ofrecer una alabanza de júbilo a tu Padre y Salvador vivo. —DCE