«Me encantaría poder escribir una meditación acerca de comprender a Dioscuando Él nos está hablando».
Recibí este mensaje por correo electrónico de un miembro anónimo de la comunidad de Nuestro Andar Diario. Es un poquito enigmático, pero sospecho que esa persona está luchando con algo con lo que todos los seguidores de Jesús quieren saber: la voluntad de Dios.
Cuando estamos luchando con alguna decisión, nuestro deseo es recibir una confirmación sobrenatural. Queremos escuchar la voz de Dios. Queremos conocer su voluntad a través de una comunicación clara y personal. Pero a menudo, el mensaje no llega de manera tan sencilla.
Puede que recurramos a algunas prácticas que más tarde lamentemos. Hojear la Biblia al azar en busca de un «mensaje» no es una buena idea. Colocar un «vellón de lana» (Jueces 6:36-40) delante de Dios tampoco es la mejor manera de tomar una decisión.
La realidad es que Dios ha provisto un medio para que «escuchemos su voz» todo el tiempo.
¿Cómo? Échale una mirada a la lectura bíblica de hoy. Dios le está dando instrucciones a Moisés y a sus amigos israelitas. Los mandamientos incluyen: «No añadiréis nada a la palabra que yo os mando» y «guard(ad) los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios que yo os mando» (Deuteronomio 4:2). La voluntad de Dios revela en su Palabra.
La Palabra de Dios es por donde debemos comenzar al buscar su dirección para tomar una decisión. Al alimentarnos de ella encontraremos:
•El carácter de Dios y sus caminos
•Los mandamientos morales para guiarnos y protegernos
•Las respuestas a los problemas éticos que enfrentamos
•La verdad que nos ayudará a tomar decisiones piadosas
Así como Dios habló al pueblo de Israel llamándolo a escuchar su Palabra, nos está invitando a escuchar y a seguir esa Palabra, a dejar que nos afecte, a orar a través del Espíritu Santo en busca de sabiduría, y a hablar de ella con seguidores de Cristo maduros que tienen la Palabra en sus corazones y mentes. Entonces verás que la voluntad de Dios deja de ser un misterio y se convierte en una certeza.
Puedes oírlo hablar a través de su Palabra viva. –TF