Mi esposa y yo íbamos en automóvil por una autopista cuando vimos que un conductor giró a la izquierda en una rotonda ubicada entre los carriles de ambas direcciones, la cual estaba diseñada para que la usaran solamente los vehículos de servicio de emergencias. El hombre tenía planeado girar en «U» y regresar en el sentido contrario.
Como miraba hacia la derecha esperando que se abriera un lugar entre el tránsito que pasaba del otro lado, no vio que un patrullero policial retrocedía hacia él desde la izquierda. Finalmente, cuando se hizo un espacio entre los coches, el conductor que quería dar la vuelta arrancó y atropelló al automóvil patrullero.
Es común que nosotros pensemos que podemos hacer algo malo y quedar impunes. Después que el rey David adulteró con Betsabé, también se concentró en «quedar impune», pero iba camino a la colisión con Natán. Su adulterio, engaño y asesinato «fue desagradable ante los ojos del Señor» (2 Samuel 11:27); por lo tanto, cuando Natán trajo a la luz su grave pecado, el monarca sintió un gran remordimiento. Confesó, se arrepintió y recibió el perdón de Dios, pero las consecuencias de su pecado nunca se alejaron de su familia (12:10).
Si has tratado de salir impune de algo, recuerda que «[tu] pecado [te] alcanzará» (Números 32:23). Entrégate al Señor. No te escondas, sino busca que Él, en su gracia, te perdone.