Solía sorprenderme cuando escuchaba a las personas decir que no estaban seguras qué querían hacer con su vida, o qué era lo que querían escoger como asignatura principal en la universidad. Yo pensaba, ¿cómo es que no pueden tener una idea de hacia dónde van?

Luego, «¿Adónde vas con tu vida?» se convirtió en mi pregunta personal. De repente, la respuesta «Estoy esperando en Dios» no parecía cursi; se convirtió en una frase de fe.

Sería fácil proveernos de nuestra propia respuesta cuando no estamos seguros del siguiente paso. Podemos anunciar una asignatura principal que suena bien y que parece fácil. Podemos llenar nuestra vida con demasiadas actividades porque parece que es algo bueno, o conseguir un segundo empleo debido a la preocupación económica, o mantener una relación malsana porque parece que no hay otra alternativa.

Pero, ya sea que estemos esperando anunciar alguna asignatu principal, una llamada telefónica o que nos llegue un cheque por correo, necesitamos buscar pacientemente lo que Dios ha planeado para nosotros. Miremos la vida de Moisés. Él tampoco sabía adónde iba. Probablemente se sintió muy lejos de su plan para ayudar a su pueblo, los israelitas, cuando vivía en Madián. De repente, este príncipe se convirtió en extranjero en tierra extranjera (Éxodo 2:22). Sin embargo, Dios estaba con él, preparándolo para lo que Él había planeado.

Algunas veces nos encontraremos en una etapa en la que nos preguntamos cuándo revelará Dios Su voluntad para nosotros. Habrá un momento en que nos sentiremos totalmente perdidos. Pero como cristianos que buscamos una estrecha relación con Jesús, tenemos que estar dispuestos a dejar que Dios nos guíe todo el tiempo. Incluso en la espera, Él obra a través de nosotros y nos prepara para lo que nos tiene reservado.

Tal vez Dios te esté diciendo algo incluso ahora, cuando sólo estás esperando. Confía en que Él producirá el propósito que tiene para ti. —Michelle Mitchell (Tejas)