El 2 de mayo de 2003, la escuela secundaria de Melissa le hizo un gran y duradero honor al dedicar su nuevo campo de softball a su memoria. En la ceremonia que marcó la apertura del Campo de Softball Recordatorio Melissa Branon, la escuela reveló una señal de piedra que recordará a futuras generaciones a la joven acerca de la cual yo decía cada vez que atrapaba bien la pelota: «Es la mejor jugada que he visto en mi vida.»
En esa señal de piedra está grabado el siguiente versículo: «Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor» (Efesios 4:2). Ese fue otro pasaje que Melissa marcó en su Biblia, y su mamá y yo pensamos que era irónicamente apropiado para un campo deportivo.
Muchas veces en los deportes, los términos humilde y manso no parecen encajar. Muchas veces, la manera de jugar un deporte se caracteriza por un orgullo exagerado y una aspereza airada. Sin embargo, Melissa pudo competir a nivel titular en softbally vóleibol in ninguna de esas características. Parte de la razón por la que su carrera deportiva se caracterizó por los elementos de este versículo fueron sus compañeras de equipo. Aunque todas las jóvenes se esforzaron mucho en los juegos y tuvieron bastante éxito en sus años titulares, raras veces perdían de vista la meta de jugar para la gloria de Dios y de preocuparse unas por otras.
Una de las compañeras de equipo de vóleibol de Melissa escribió de ella: «Me inspiraba la manera en que nunca retrocedías, siempre seguías adelante y nunca te dabas por vencida.» Esa era la manera en que ella y sus compañeras de equipo jugaban. Sin embargo, no eran arrogantes.
Siempre que tenemos la oportunidad de competir debemos prepararnos al máximo y luego hacer todo el esfuerzo que podamos. Y siempre debemos recordar, incluso en lo peor de las batallas, ser humildes y mansos. En los deportes y en la vida, podemos reflejar las características de Jesús. —JDB