Si te llamaran a dar un último mensaje a la gente que amas, ¿qué clase de consejo o dirección dejarías? Un artículo de la revista Moodycuenta el relato del pastor puritano Thomas Watson. Watson era uno de casi 2.000 pastores puritanos de Inglaterra que fueron sacados del púlpito en 1662. Se les prohibió ejercer porque no estaban de acuerdo con las exigencias de la igle sia estatal de firmar un «Acta de uniformidad» parlamentaria que los hubiera obligado a negar varias de sus creencias.
Antes de su despido, Watson predicó su «último sermón» a su congregación, probablemente uno de los más cortos y más significativos que haya pronunciado:
«Antes que nada, mantengan sus horas constantes de oración todos los días con Dios. Reúnan buenos libros para sus hogares. Cuidado con las amistades. Cuidado con lo que escuchan. Sean sinceros. Ocúpense siempre de autoexaminarse. Estén en guardia en cuanto a su vida espiritual. El pueblo de Dios debe juntarse con frecuencia. Que sus corazones se eleven por encima del mundo.
Consuélense con las promesas de Dios. No sean ociosos, sino trabajen para ganarse la vida. Junten la primera y la segunda tablas de la ley [los Diez Mandamientos]: la piedad a Dios y la igualdad hacia su prójimo. Teman al pecado más que al sufrimiento.
Cuidado con la idolatría. No menosprecien la piedad porque sea criticada o perseguida. No piensen bien del pecado porque esté de moda. En lo que respecta a la vida cristiana, sirvan a Dios con todas sus fuerzas. Hagan a los demás todo el bien que puedan durante toda su vida. Todos los días piensen en la eternidad.»
Yo he guardado ese artículo durante muchos años, y de vez en cuando lo saco para recordarme a mí mismo cuáles son las cosas importantes en la vida para el seguidor de Cristo. Tal vez quieras compartir el último sermón de Thomas Watson y ayudar para que otros encuentren los fundamentos en los que construir su vida.