Un entrenador de fútbol americano de una universidad en el Bronx (en Nueva York) formó su equipo sobre las buenas cualidades del carácter. En lugar de poner el nombre de cada uno en la parte posterior de las camisetas, los jugadores del Maritime College tenían palabras tales como familia, respeto, responsabilidad y entereza. Antes de cada competición, el entrenador Clayton Kendrick-Holmes les recordaba a los integrantes de su equipo que jugaran guiados por esos principios.
El apóstol Pedro tenía su propia lista de cualidades cristianas (2 Pedro 1:5-7) e instaba a los creyentes a incorporarlas a su andar en la fe:
Virtud. Cumplir con el diseño de Dios para tener una vida moralmente excelente.
Conocimiento. Estudiar la Palabra de Dios para obtener sabiduría para combatir la falsa doctrina.
Dominio propio. Reverenciar tanto a Dios que nos inste a decidir comportarnos piadosamente.
Paciencia. Tener esperanza aun en las dificultades, porque confiamos en el carácter de Dios.
Piedad. Honrar al Señor en todas las relaciones interpersonales de la vida.
Afecto fraternal. Demostrar cariño hacia los demás creyentes.
Amor. Sacrificarnos por el bien de los demás.
Desarrollemos cada vez más estas cualidades e incorporémoslas a cada área de nuestra vida.