Para quienes desean ser escritores, puede ser desalentador que les rechacen sus trabajos vez tras vez. Cuando presentan un manuscrito a un editor, suelen recibir una carta de respuesta con estas palabras: «Gracias, pero su presentación no suple nuestras necesidades en este momento». A veces, esto realmente significa «no suple en este momento… ni nunca». Entonces, prueban con otro editor y, después, con otro más.
He descubierto que la frase, esto no suple nuestras necesidades en este momento… ni nunca puede ser una expresión útil en mi andar cristiano, para renovar mi mente y reenfocar mis pensamientos en el Señor.
Lo que quiero decir es lo siguiente. Cuando empezamos a preocuparnos, podemos recordar: «La preocupación no suple mis necesidades en este momento… ni nunca. Mi corazón necesita confiar en Dios. No estaré ansioso “por nada”» (Filipenses 4:6).
Cuando envidiamos lo que otra persona tiene o hace, podemos reforzar esta verdad: «La envidia no suple mis necesidades en este momento… ni nunca. Necesito darle gracias a Dios. Su Palabra dice: “la envidia es carcoma de los huesos” (Proverbios 14:30), y “dad gracias en todo” (1 Tesalonicenses 5:18)».
No podemos renovar nuestra mente solos (Romanos 12:2), ya que es la obra transformadora del Espíritu Santo que vive en nosotros. No obstante, repetirnos la verdad mentalmente puede ayudar a someternos a la obra del Espíritu en nuestro interior.