El Dr. Jack Mezirow, profesor emérito de Columbia Teachers College, cree que un elemento básico en la enseñanza a adultos es desafiar las arraigadas percepciones personales y evaluar nuestro discernimiento con una actitud crítica. Dice que los adultos aprenden mejor cuando se enfrentan con lo que él denomina un «dilema desorientador»: algo que «te ayuda a reflexionar drásticamente sobre las suposiciones que has adquirido» (Barbara Strauch, The New York Times). Esto es la contracara de decir: «Lo tengo muy claro; no me confundan con los hechos».
Cuando Jesús sanó durante el día de reposo, desafió las creencias profundamente arraigadas de muchos líderes religiosos, y ellos procuraron silenciarlo (Juan 5:16-18). Jesús les dijo: «Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida» (vv. 39-40).
Oswald Chambers señaló: «El Señor tiene una manera de exponer realidades que confunde las doctrinas de un hombre si estas se interponen en Su camino para llegar a su alma».
Las experiencias perturbadoras que nos llevan a cuestionar nuestras suposiciones acerca del Señor pueden guiarnos a una comprensión más profunda de Su persona y a confiar en Dios… si estamos dispuestos a analizarlas y a ir a Él.