El Museo Imperial de Guerra en Inglaterra ocupa un edificio londinense donde anteriormente estaba el Bethlehem Royal Hospital, un centro de atención para enfermos mentales. El hospital era comúnmente conocido como «Bedlam», un término que, con el tiempo, empezó a usarse para describir escenas de caos y de locura.
Es irónico que el Museo de Guerra haya estado donde antes se encontraba Bedlam. Al recorrer el museo, además de ver historias de heroísmo y de sacrificio durante la guerra, también se encuentran relatos escalofriantes de la locura que generan los sentimientos inhumanos entre los hombres. Es una muestra del mal: desde el genocidio moderno y la limpieza étnica hasta el horror del Holocausto.
Salomón observó la tendencia de la humanidad al mal y la describió diciendo que son aquellos «que se alegran haciendo mal, que se huelgan en las perversidades del vicio» (Proverbios 2:14). Aunque esto tal vez describa gran parte del mundo que nos rodea, los seguidores de Cristo tienen una manera renovadoramente diferente de enfrentar la vida. Pablo nos desafía, diciendo: «No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal» (Romanos 12:21). Las acciones centradas en Cristo, tales como vivir con principios morales (v. 17), procurar la paz (v. 18) y tratar bien a nuestros enemigos (v. 20) beneficiará al mundo.
Si cada uno de nosotros viviera reflejando el amor de Dios, quizá habría muchos menos «bedlam».