¡Paren el reloj!
Todos los años, cuando empieza la primavera, quiero detener el reloj. Me encanta cuando la muerte es derrotada por frágiles brotes que se niegan a quedar confinados bajo la arcilla endurecida y las ramas quebradizas. En pocas semanas, el panorama desnudo se transforma en árboles totalmente vestidos, adornados de flores brillantes y perfumadas. Nunca me canso de disfrutar de las vistas, los sonidos y las fragancias de la primavera.