¿Listo? Dí el nombre del autor de esta famosa cita: «La religión es el opio de los pueblos.» BZZZZZZZZ. Se acabó el tiempo. Si dijiste Karl Marx estás en lo cierto. Además, no eres el estudiante promedio de la clase de composición de Mark Goldblatt.

Goldblatt, escritor y profesor, da una prueba a sus estudiantes de primer semestre cada vez que tiene un grupo nuevo.
Una clase reciente se quedó perpleja, como siempre, con la pregunta del profesor. Así que Goldblatt les dio una pista diciéndoles: «El autor es alemán.»

Una estudiante levantó la mano. «¿Fue Martin Luther?»
La clase estalló en risas. Pero no por lo que crees. Ellos pensaron que la muchacha se refería a Martin Luther King Goldblatt tuvo que explicarles que Martin Luther [Martín Lutero] fue el líder de la Reforma Protestante.
Goldblatt lamenta el hecho de que muchos estudiantes hoy día estén afectados por dos problemas primarios:

No saben lo que deberían saber, y asumen que saben mucho más de lo que realmente saben.
¿Qué significa esto para ti y para mí? Necesitamos crecer en nuestro conocimiento de Dios yde nuestra cultura.
Si vamos a tener debates significativos sobre un tema —histórico, científico, filosófico, bíblico— con alguien, debemos conocer las personas e ideas asociadas con el tema. ¿Por qué?
Es fácil dejarnos llevar de una filosofía o teoría si no entendemos su origen. También es difícil profundizar en un debate con una persona que no cree en Jesús si no tenemos ni idea de quién o de qué están hablando.

¿Dónde empezamos? Jesús. Él es «en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento»
(Colosenses 2:3). En el cuidadoso estudio de su Palabra tenemos el filtro de nuestra educación.

Con ese filtro, que cada vez debe crecer y desarrollarse más, debemos esforzarnos por aprender todo lo que podamos al tiempo que evitamos ser «cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas» (v.8).

¿Sabes lo que deberías saber? Empieza a desarrollar lo que sabes hoy.  —TF