El gran Mac está bajo ataque. Burger King no se está saliendo con la suya. Sí, la industria de la comida rápida está bajo presión. Los críticos están sugiriendo que los restaurantes tradicionales de comida rápida necesitan concentrarse más en la parte de la comida y no en la parte rápida. La comida, dicen algu nos, tiene demasiadas cosas malas y no suficientes buenas.

Las cadenas grandes están respondiendo. Es por eso que McDonald’s cambió a un aceite de cocinar menos seboso para sus papas fritas. Es por eso que Wendy’s inició una línea de ensaladas.
Y es por eso que Burger King añadió a su menú una hamburguesa vegetariana.

Claro que no hay nada malo en la metodología de proporcionar servicio rápido. El servicio que se obtiene a través de una ventanilla no es el problema. El problema es la razón por la que la gente va a los restaurantes: la comida. Aparentemente, la comida está siendo cuestionada porque no está suministrando la dieta sana que algunas personas quisieran.

Podemos tener el mismo problema en nuestros tiempos de adoración y estudio de la Palabra de Dios, ya sea en la casa o en la iglesia. El problema no es el método, sino la substancia. Es la comida.

Ponte a pensar. ¿Estás siendo bien alimentado con verdades de la Palabra de Dios, o estás recibiendo trozos que ocupan tu tiempo pero no te dan nada que te ayude a crecer espiritualmente?

Con la comida rápida, los científicos pueden hacer pruebas y determinar las calorías y el contenido de grasa. Con la nutrición espiritual tenemos que hacer una prueba para ver si estamos obteniendo lo que necesitamos. He aquí algunas preguntas que podrían ayudar.

•Lo que estoy estudiando o leyendo, ¿está basado sólidamente en las Escrituras y no en la opinión de alguien? (2 Timoteo 3:16-17). ¿Puede ser apoyado por versículos específicos?

¿Está mi estudio centrado en la perspectiva y enseñanza de Jesús, y procura glorificar a Dios y no al hombre?
Si quieres crecer espiritualmente, no te conformes con nada que no sea el alimento sólido de la Palabra de Dios.  —JDB