Por lo general comienza en agosto. Empiezan a salir avisos en el boletín de la iglesia que dicen algo así: «Se acerca la temporada del coro y necesitamos voces nuevas y viejas. Planifique ahora para que cante en el coro. Los ensayos serán los miércoles de 6:30 a 8:00 PM. Sean todos bienvenidos.»
Un par de semanas más tarde aparece este anuncio: «Todavía tiene tiempo de apuntarse en el coro. El primer ensayo será el miércoles 8 de septiembre en el santuario. Traiga a un amigo.»
A la semana siguiente: «Tenemos una necesidad urgente de voces en nuestro coro. Estaremos cantando nuevas canciones bien emocionantes, y algunas favoritas de todos los tiempos. Habrá café y rosquillas.»
Domingo en la mañana. El director del coro hace el siguiente anuncio verbal: «Los ensayos del coro comienzan el miércoles por la noche y necesitamos más cantantes, especialmente tenores. Si usted ha cantado con nosotros antes ya sabe que nos divertimos mucho. Las rosquillas serán las más deliciosas y frescas de la ciudad.»
Reclutar para un coro es un trabajo difícil. Se necesitan recordatorios, súplicas, sobornos e incluso amenazas. Finalmente, en el curso de un mensaje sobre el servicio sacrificatorio, el pastor podría decir: «Algunos de nuestros buenos cantantes todavía no se han unido al coro. ¡Venga!, le estoy invitando personalmente. ¿Me va a obligar a que lo llame?»
Tal vez estés pensando: ¡Qué bueno que no tengo la responsabilidad de buscar gente para tu coro! Seguro que detestaría pedir y suplicar de esa manera.
Pero esa responsabilidad síes tuya. Todos nosotros somos reclutadores del coro del cielo (Apocalipsis 5:13). Cada uno de nosotros ha recibido la orden del Señor Jesucristo de ir a decir a la gente las buenas nuevas del evangelio (Mateo 28:18-20). Cuando una persona recibe a Cristo nace en la familia de Dios, sus pecados son perdonados, y va camino al cielo. Vamos a formar parte de un coro celestial que cantará alabanzas al Cordero de Dios. Él combinará nuestras voces con toda criatura en el cielo y en la tierra, para cantar grandiosos himnos de alabanza al Rey de reyes y Señor de señores.
¿A quién puedo reclutar para el «coro celestial»? —DCE