Osea que tienes un novio formal y te preguntas si realmente te ama. Puedes averiguarlo comparando tu relación con la manera en que se describe el amor en la Biblia. En mi experiencia como consejera cristiana, si aplico los principios de 1 Corintios 13 descubro que cuando un hombre ama a una mujer…
Respeta su mente. Sus pensamientos y sentimientos son importantes para él. Da la bienvenida a una buena conversación con ella y desea saber cuáles son los sueños de su vida. Piensa que ella es una de las mujeres más inteligentes que conoce y busca sus opiniones. No se burla de sus ideas ni la insulta.
Respeta su cuerpo. Él no se comporta como si el cuerpo de ella fuera suyo. No la toca de maneras sexuales que están reservadas para los esposos. No le hace exigencias sexuales para hacerla sentir mal ni culpable. Más bien protege su pureza. No la golpea, nunca. Un hombre amoroso no empuja, ni pega, ni usa su fortaleza física para hacerle daño ni controlarla.
Respeta su alma. La ve como una persona separada y completa. La valora y la ve como alguien hermoso y significativo. Alimenta y cuida su corazón fomentando sus dones y talentos. Las necesidades y los sentimientos de ella son importantes para él. No le dan ataques de rabia ni la intimida con la mirada. No la manipula ni la hace sentir menos que una persona o sin valor.
Un hombre bueno y amoroso no es perfecto, por supuesto. Comete errores. Pero ¿está dispuesto a admitir sus errores, a pedir perdón con humildad y a esforzarse por cambiar?
Cuando un hombre dice que ama a una mujer, pero no lo demuestra en maneras tangibles, estamos antes una relación falsa y peligrosa. Si un hombre respeta tu mente, cuerpo y alma cuando son novios, hay buenas probabilidades de que lo siga haciendo si se casan. Lo contrario también es cierto. Si te trata mal mientras son novios, es muy probable que te trate de la misma forma si te casas con él.
El amor se ve en las cosas que hacemos, no sólo en las palabras que decimos (1 Corintios 13:4-7). —AS