El sábado 22 de junio de 2002, Darryl Kile, lanzador as del equipo de béisbol Los Cardenales de San Luis, fue hallado muerto en su habitación de hotel en Chicago. Kile había sido una sensación entre los lanzadores de grandes ligas durante 12 años, y fue jugador estrella tres veces. Darryl Kile parecía ser saludable, pero murió de un ataque al corazón masivo. La autopsia reveló que su corazón estaba gravemente enfermo.

La Biblia también nos dice que las apariencias pueden ser engañosas. En Mateo 15:1-11, Jesús dijo que la apariencia y conducta de una persona pueden ser falsas. Los fariseos se veían muy impresionantes por fuera, pero sus corazones estaban lejos de Dios. Hacían largas oraciones, su lenguaje era religioso, cumplían todas las reglas, pero internamente sufrían de no hacer lo que decían. Sus bocas y sus acciones no eran coherentes. Nunca hubo un matrimonio entre sus palabras y sus acciones, produciendo así la hija ilegítima de la hipocresía.

Puesto que nuestros corazones son malvados y engañosos, a veces no podemos confiar en nosotros para hacer una evaluación precisa de nuestra propia condición espiritual. Por tanto, debemos depender de la evaluación de Dios todopoderoso.
Dios es omnisciente. En otras palabras, Él sabe todo lo que hay que saber, sobre todo acerca de nosotros. Él sabe cuando nuestros corazones están cerca y cuando están fríos. Haríamos bien en someternos a un chequeo espiritual para ver si nuestros corazones están gravemente enfermos de los pecados de hipocresía y autoengaño.

¿Estás tú tan preocupado por mantener tu carácter delante de Dios como lo estás por manejar tu imagen delante de la gente? Oremos como lo hizo David: «Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno» (Salmo 139:23-24). —MW