Mirar el canal del tiempo por cualquier razón que no sea obtener un informe es una clave significativa de que estás perdiendo el tiempo. Pero ante la amenaza de otra huelga de béisbol, decidí boicotear el canal deportivo. El canal de historia (que me encanta) contaba la historia de la línea de ensamblaje. Así que perdónenme por considerar cautivador a los huracanes de categoría 4.
Durante el programa sobre clima catastrófico, el narrador usó la frase «obra de Dios» para referirse a las catástrofes. Esa elección de palabras me intrigó. ¿Por qué «obra de Dios»?
Es cierto que el poder de la naturaleza demuestra la fortaleza de Dios. Pero muchas veces tratamos de culpar a Dios de las cosas malas. Eso fue lo que Adán trató de hacer en el Edén.

«La mujer que tú me diste por compañera —dijo Adán cuando Dios lo confrontó con su pecado (Génesis 3:12)— me dio del árbol, y yo comí [o sea que es culpa tuya, Dios, y de ella también].»
Bueno, Adán no dijo esa última parte, pero lo pensó.
Pensamos en el holocausto y nos preguntamos: «¿Cómo pudo Dios permitir que sucediera eso?» Preguntamos por qué Dios per mite que los terroristas estrellen aviones contra edificios en su mal guiada búsqueda del paraíso.

Las consecuencias de la caída de la raza humana son demasiado enormes para tratar aquí. Pero las cosas terribles que hay en el mundo no son culpa de Dios. El mundo que Él diseñó era un paraíso.

«En el principio creó Dios los cielos y la tierra» —dice la primera oración de las Escrituras (Génesis 1:1). Las obras creativas de
Dios aparecen bosquejadas para nosotros en los versículos siguientes, siempre con esta frase: «Y vio Dios que era bueno.» Las plantas y los árboles fueron declarados buenos. El sol, la luna y las estrellas: buenos. Las aves y los peces: buenos. Las otras criatuas vivientes: buenos. Los seres humanos: muy buenos.
La próxima vez que estés al aire libre, o simplemente hablando con un amigo (que está hecho a imagen de Dios), recuerda las obras maravillosamente creativas de Dios. Es un mundo caído.
Pero lo que Dios creó es bueno.—TG